El Gobierno central recurre el decreto de legalización
de viviendas de la Junta de Andalucía
Unos vecinos miran el derribo de una vivienda en El Palmar - Efe/Román Ríos |
Hay plazo para la negociación hasta el 20 de junio y
por el momento se está aplicando con normalidad
StellaBenot Diario de Sevilla Actualizado:20/01/2020 13:26
Era una de las principales promesas
electorales del PP y se ha puesto en marcha en un tiempo récord. El pasado 24
de septiembre, el Parlamento ratificaba un decreto ley para regularizar
la mayor parte de las 327.000 viviendas ilegales que todavía hoy
existen en Andalucía. Se trataba de un documento técnico y administrativo que
daba a los alcaldes las armas legales para modificar sus PGOUs e incluir en sus
términos municipales como urbanos suelos que hasta entonces no lo eran pero que
llevan años albergando colonias residenciales o barrios enteros a los que,
además, han tenido que ir dando servicios, como la recogida de basuras.
Pero se trata de una norma
polémica que tiene muchos efectos colaterales, empezando porque
favorecerá que muchos de los narcos del Campo de Gibraltar vean legalizadas las
viviendas que levantaron en suelos de su propiedad pero sin permisos
urbanísticos. Desde la Consejería de Fomento defienden que
esta regularización es el camino para encontrar un equilibrio entre el
interés general y la preservación del Medio Ambiente, y los derechos que
asisten a los propietarios de estos inmuebles que los compraron de buena fe.
Es, además, un problema que se repite en todas las provincias andaluzas. No
obstante, no podrán legalizarse las viviendas que tengan menos de 6 años o
aquellas que tengan una sentencia firme de los tribunales, ni tampoco las que
se asienten sobre suelos de especial protección.
Ley de Costas
Sin embargo, el Gobierno central
considera que hay «discrepancias legales» en este decreto que chocan con la Ley
de Costas y que, por lo tanto, plantea un conflicto jurídico que debe
ser resuelto por el Tribunal Constitucional. Como paso previo al mismo, a
finales del mes de noviembre, la Ministra de Política Territorial presentó un
recurso ante la comisión bilateral de cooperación entre la
Administración General del Estado y la Comunidad Autónoma de Andalucía.
El
cambio en el Gobierno central ha frenado todas las negociaciones entre ambas
administraciones y la solución ha sido ampliar el plazo que terminó el pasado
mes de diciembre.
El Estado y la Junta tendrán ahora que
sentarse a negociar y, si no hay acuerdo antes del 20 de junio de este año, el
ministerio planteará un recurso de inconstitucionalidad a todo el
decreto. Hay ahora otra dificultad añadida ya que con la nueva
estructura del Gobierno central, habrá un nuevo interlocutor en Madrid para la
Consejería de Fomento.
Los reparos del Gobierno central hacen
referencia a una serie de artículos, concretamente a los artículos 2, 3, 10 a
15, 20, 24 y la disposición adicional primera del Decreto-ley 3/2019, de 29 de
septiembre, de medidas urgentes para la adecuación ambiental y territorial de
las edificaciones irregulares en la comunidad autónoma de Andalucía. Hay
que recordar que en el Parlamento andaluz votaron a favor de este decreto PP,
Ciudadanos y Vox y el PSOE mientras que Adelante Andalucía se abstuvo ya
que consideraban que no resolvía el problema.
Todo sigue igual
Desde el Gobierno andaluz explicaron a ABC
que el proceso iniciado con este decreto sigue adelante, ya que no hay ninguna
orden legal en contra. Es más, la Consejería de Fomento ha mantenido
reuniones con alcaldes en todas las provincias andaluzas para
explicarles cómo hay que aplicar el decreto y cuáles son los pasos legales a
seguir.
Unas convocatorias que han sido
multitudinarias porque los alcaldes son los primeros interesados en resolver la
situación de estas viviendas que, además, van a suponer una importantísima
entrada de dinero para sus arcas municipales. Porque, hasta ahora los
propietarios de estas viviendas pagaban un IBI rural ya que los suelos están
catalogados como rústicos, y ahora tendrán que abonar un IBI urbano, que es
muchísimo más elevado.
La regularización de las viviendas
ilegales no es nueva en Andalucía. Durante años, los sucesivos
gobiernos han ido regularizando muchas de ellas respondiendo así a la presión
de los propietarios y también de los alcaldes. En los últimos quince
años, la Junta ha regularizado 25.000 viviendas calificadas hasta
entonces como ilegales, alegales o irregulares, en diferentes procesos que han
supuesto un caos burocrático.
Porque desde el año 2002, las normas
urbanísticas andaluzas se han modificado hasta en una docena de ocasiones dando cabida en cada
una de ellas a un tipo determinado de viviendas pero sin resolver el problema
de fondo. Hay, además, un grupo de propietarios extranjeros muy activo que
lleva años denunciando su situación en la Costa del Sol y en Almería. Compraron
las viviendas de buena fe y, cuando se dieron cuenta, no estaban calificadas
urbanísticamente como tales. El último decreto de la Junta pretende resolver
definitivamente este conflicto. El tiempo dirá si lo logra.
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